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La consejera de Medio Rural, Ángeles Vázquez, confirmó ese lunes que este año, y de forma excepcional, se podrá llevar el ganado a pacer a montes y pasteros quemados por incendios forestales, y cobrarán la ayuda de la PAC por todo el terreno declarado.
Así lo anunció durante su visita a la zona de pastoreo habilitada por los comuneros de Lucenza, en Cualedro, donde estuvo acompañada por el director general de Ordenación Forestal, Tomás Fernández-Couto, y poolo alcalde de Cualedro, Luciano Rivero Cuquejo.
La Xunta dará cumplimiento de este modo a la iniciativa aprobada este viernes por unanimidad en el Parlamento Gallego en la que se le reclamaba que los ganaderos con pastos quemados puedan cobrar la PAC por la totalidad de la superficie. La iniciativa partió del PsdeG y fue transaccionada con el PpdeG.
«La ley es clara; en zonas quemadas no se puede pastorear en un período de tiempo determinado -dos años-. No obstante, este año fue excepcional para Galicia y se puede argumentar esa excepcionalidad», explicó la consejera.
Así, avanzó que «aquellos que lo soliciten sí van a poder hacerlo al mismo tiempo que van a poder cobrar la PAC en aquellas zonas que fueron afectadas por los fuegos de verano y del mes de otoño». «Los ganaderos no tuvieron culpa y no se les puede castigar por encima que padecen las consecuencias de los fuegos», subrayó.
Montes de Lucenza: un ejemplo de lucha contra los fuegos forestales
Ángeles Vázquez visitó los trabajos llevados a cabo por la comunidad de montes de Lucenza para recuperar el terreno tras los fuegos forestales de 2015, que arrasaron los montes de Cualedro.
Para ello, los comuneros reintroducieron ganado en el monte para crear pasteros y controlar el crecimiento del matorral. Hoy tienen cerrados más de 420.000 metros cuadrados, en los que pacen 15 vacas de raza cachena y tres caballos. El proyecto fue apoyado por la Consellería de Medio Rural con una ayuda de 143.000 euros.
Además, se construyeron dos pasos canadienses y, para facilitar el manejo del ganado, se levantó un corral y una manga de manejo, con unas dimensiones de 30×10 metros. Se llevó a cabo con postes de roble verticales, unidos por tablas horizontales, con cancelas de tubo metálico. Se situaron, asimismo, tres bebederos para ganado vacuno y un pequeño cobertizo que puede servir de refugio para los animales frente las inclemencias meteorológicas.
La intervención se completó con la mejora y recuperación de pistas existentes y la construcción de otra perimetral, con fin tanto de frenar el deterioro producido por el fuego en el que alcanza al aumento de la escorrentía y los procesos erosivos como para facilitar el acceso y hacer funciones de cortafuegos.
