‘Los purines y los estiércoles, tesoro para la fertilización de los cultivos’

Al hilo de la polémica por las emisiones de amoniaco de los purines empleados para el abonado de las tierras agrarias, este artículo de José Luis Cortiñas repasa el valor agronómico de la aplicación de las deyecciones ganaderas al suelo

‘Los purines y los estiércoles, tesoro para la fertilización de los cultivos’

Fosa de purín.

Es conocido desde hace tiempo que los sistemas cultivo – ganadería son sistemas mejorantes de la fertilidad del suelo. En una explotación agrícola, las deyecciones de los animales son un verdadero tesoro que conviene usar con buenos criterios. La regla básica a respetar es echar la dosis idónea en el mejor momento. En un buen reparto de las deyecciones, nos jugamos mucho dinero y probablemente también un modelo de producción, pues es notorio que hay una exigencia creciente de la sociedad sobre aspectos medioambientales.

¿Cuándo emplear los purines? Partiendo de la premisa de que tanto los purines de cerdo como los de vacuno tienen un nitrógeno rápido, asimilable en el año, y de que a los prados les gusta el purín en primavera, tenemos que analizar las siguientes cuestiones.

¿El purín disminuye la apetencia del pasto?
Los trabajos hechos demuestran, en general, que los purines de cerdo y de vacuno no representan ningún problema de inapetencia de la hierba, siempre que se eviten las enmiendas en periodos secos para que no se pegue a las plantas y que se respete un plazo entre aplicación y aprovechamiento.

¿Cuál es el periodo más favorable para echar los purines?
Desde un punto de vista agronómico, el mejor momento para aplicar los purines es el fin del invierno y primeros de primavera, es decir, cuando el crecimiento de las gramíneas es importante y la eficacia del nitrógeno es alta.

Para el primer aprovechamiento del prado, sea siega para silo o pastoreo, el reparto de purín puede ser sustituído por nitrógeno mineral, si las condiciones climatológicas no permiten la aplicación del purín, y hacer la distribución de purín con posterioridad al primer corte.

Sí sabemos que a partir del fin de junio, todo aporte de nitrógeno es desperdicio. Para el rebrote del otoño, el nitrógeno aprovisionado en el suelo será suficiente. Hay que tener en cuenta además que lo normal es que nos restrinjan el uso de purín del 15 de noviembre al 15 de enero, con lo cual nos quedan unos tiempos de distribución cortos.

¿Qué normas sanitarias hay que respetar en la aplicación del purín?
Los riesgos sanitarios existen, pero son controlables teniendo en cuenta unas pautas básicas, como son las de respetar un periodo mínimo de almacenaje de 60 días sin nuevas entradas y guardar un periodo entre aplicación y aprovechamiento del prado -variable según época y estado de la hierba-.

¿Cuál es la composición del purín?
La composición del purín es muy variable a lo largo del año. Lo ideal sería disponer de una analítica de los purines antes de cada periodo de esparcimiento. La composición media de los purines en Kg /m³ suele ser la siguiente:

Vacún Nitróxeno Fósforo Potasio
Xurro moi líquido 1,6 0,8 2,4
Xurro líquido 2,7 1 3
Xurro espeso 4 2 5
Porcino
Xurro semiespeso 9,6 4,8 5,9
Xurro mixto 4,3 3,8 2,6

Productos de nitrógeno lento
Los estiércoles y el compost se caracterizan por una mayor lentitud en la absorción en suelo del nitrógeno. El compost es un abono que estuvo aireado mecánicamente para acelerar la maduración y la formación de una materia orgánica estable. Está hecho principalmente a partir de un abono pajoso de camas compactadas por acumulación. A diferencia del compost, el estiércol viejo es un abono que se dejó acopiado y sin removerlo durante al menos seis meses. Es el resultado de una mezcla de deyecciones animales con una cama, normalmente de paja.

El compost alcanza buenas composiciones según sean las aportaciones de paja que se hagan. Para animales estabulados se recomiendan 6 kg. de paja por vaca y día en granjas de leche y 5 kg. por vaca y día en ganaderías de carne.

Encima de las praderas, se desaconseja echar abono fresco para evitar problemas de rechazo y de degradación de la cubierta vegetal. En general, los periodos de vaciado de los estercoleros (enero-marzo) no son los más favorables para expandirlo por el prado, por la escasa degradación de las pajas antes del inicio del crecimiento de la hierba.

El compost se caracteriza por ser un producto inocuo desde el punto de vista sanitario. Los estiércoles compostados pueden ser esparcidos hasta a 10 metros de las construcciones y es posible echarlo todo el año, evitando las sequías del verano.

En cuanto al estiércol viejo, el reparto se debe hacer de septiembre hasta los primeros días del invierno para asegurar un largo periodo de degradación. Es un producto que aumenta el rechazo en el pastoreo y la distancia de aplicación aumenta hasta 50 metros a construcciones próximas.

Tanto en el compost como en los estiércoles, los efectos del nitrógeno son bajos a corto plazo, pues el nitrógeno precisa de tiempo para su transformación a formas asimilables por los cultivos, si bien el fósforo y el potasio sí tienen una disponibilidad más inmediata.

La concentración de nitrógeno, fósforo y potasio de los estiércoles varía mucho de una granja a otra en función de la cantidad de paja, de la alimentación, del tipo de establo y de la manera de stockage. Por eso es aconsejable un análisis del producto.

Concluimos volviendo a la reflexión del principio, los purines y estíercoles son un verdadero tesoro para su uso agronómico, debiendo usarse con los criterios adecuados.

* José Luis Cortiñas

José Luis Cortiñas es asesor de explotaciones en temas medioambientales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información