Experiencias de recuperación de praderas deterioradas en Ourense

La introducción de especies leguminosas adaptadas a tierras secas propicia un aumento de la fertilidad del suelo y un mayor crecimiento de las gramíneas. Repasamos trabajos desarrollados por Mabegondo en Penamá (Allariz) y Amoroce (Celanova)

Experiencias de recuperación de praderas deterioradas en Ourense

Comparación de una pradera sembrada con abundancia de leguminosas, en primer plano y sobre un antiguo camino, con una pradera de tres años, al fondo, sin apenas tréboles. / Imágenes: Centro de Investigaciónes Agrarias de Mabegondo.

La implantación de pastos en las comarcas ganaderas de Ourense presenta con frecuencia dificultades. Las características climatológicas de la provincia, marcada por periodos de sequía estival que tienden a alargarse en el tiempo por el cambio climático, es uno de los principales inconvenientes. Repasamos dos intervenciones que desarrolló el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo en Penamá (Allariz) y Amoroce (Celanova) para recuperar praderas deterioradas.

En Penamá, se implantaron en el monte vecinal alrededor de 85 hectáreas de praderas entre los años 2001 y 2008, transformando superficies que hasta entonces estaban a matorral y pinos. En la intervención, se laborearon las tierras por completo, se retiraron piedras y se sembró en los primeros años una combinación de raigrás inglés y híbrido con dactilo y trébol blanco.

Corte para heno en Penamá con abundancia de leguminosas.

Corte para heno en Penamá con abundancia de leguminosas.

Uno de los problemas que se detectó a los pocos años fue que el trébol blanco no persistía, en parte debido a la sequía estival y a un suelo granítico que retiene mal la humedad. La ausencia del trébol, una leguminosa que introduce nitrógeno en el suelo, llevó a una pérdida de fertilidad y a que la hierba tuviera un escaso crecimiento. En situaciones así, los aportes de nitrógeno de síntesis al suelo podrían ser una alternativa, pero como los montes de Penamá se estaban gestionando en ecológico, no era posible.

Introducción de leguminosas

Así las cosas, en otoño del 2005, el departamento de Pastos y Cultivos del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, dirigido de aquella por el investigador Juan Piñeiro, acometió una primera prueba en Penamá con la siembra de un antiguo camino de acceso al monte con 9 leguminosas y 4 gramíneas, después de llenarlo con tierra vegetal de un suelo próximo. Entre las leguminosas, se escogieron perennes (trébol blanco, trébol fresa) y anuales (serradela, aserruche, trébol migueliano, trébol vesiculoso, trébol encarnado, trébol persa, trébol subterráneo, etc.).

Los buenos resultados propiciaron que al año siguiente se extendiese la experiencia a las praderas deterioradas, en las que se probó en otoño la introducción de especies leguminosas mediante siembra en superficie y a través de la siembra directa. El efecto del trébol fue inmediato. Las áreas sembradas con trébol presentaron esa misma campaña un mayor crecimiento de las gramíneas que las superficies en las que no se había introducido.

La experiencia desarrollada en Penamá (Allariz) fue explicada recientemente por Juan Piñeiro en la reunión de otoño de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, que precisamente tuvo lugar en Allariz e incluyó una visita a los montes de Penamá.

Implantación de praderas en Amoroce con siembra sin laboreo en una zona de antiguo matorral.

Implantación de praderas en Amoroce con siembra sin laboreo en una zona de antiguo matorral.

Amoroce
Otro de los casos de recuperación de praderas que expuso Juan Piñeiro en las jornadas fue el de la Facenda O Agro, en Amoroce (Celanova), conocida en los últimos años por el lanzamiento al mercado de las galeguesas, que son presas de carne molida de vacuno, adobadas con especias naturales y que tienen la forma de las hamburguesas.

En Amoroce, la situación era similar a la de Penamá. Se implantaron pastos a partir del año 2006 en los que escaseaban las leguminosas y en los que había un escaso crecimiento de las gramíneas. La intervención de Mabegondo, en el año 2008, incluyó un encalado de la tierra, pues los suelos eran muy ácidos y poco propicios para el crecimiento del pasto, y la siembra de tréboles, festuca alta y raigrases inglés y híbrido. El abonado de la pradera con purín de cerdo de una granja próxima completó los trabajos.

Siembra directa en Amoroce.

Siembra directa en Amoroce.

La siembra se hizo igual que en Penamá, una parte en superficie y otra parte con siembra directa, con un leve enterrado de la semilla. El resultado fue desigual. Ese otoño invierno nevó hasta en 7 ocasiones, lo que inviabilizó la semilla en superficie. Sin embargo, la siembra directa sí prosperó.

Tras aquellas experiencias, Juan Piñeiro, en la actualidad investigador jubilado del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, apunta como recomendaciones de leguminosas más adecuadas las siguientes. Como tréboles anuales, el migueliano, el persa resupinatum, el rojo y el vesiculoso, acompañados de especies perennes como el trébol blanco y el violeta.

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