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La parroquia de San Xiao de Mos, de la que toma el nombre la única raza de gallina autóctona gallega que se conserva, organiza esta cita, que llega ya a su XXX edición con la exposición de ejemplares en vivo, concurso morfologico y degustación.
Una de las razas de gallinas más antigua de la península
La gallina de Mos es una de las razas de gallinas de la Península Ibérica más antiguas. El origen genético de la Gallina de Mos fue con la llegada de los celtas a Galicia, pueblo que introdujo este tipo de aves. Estaba extendida por todo el interior de Galicia, pero para hacer la selección de la raza se compraron en el año 2000 los primeros ejemplares en la parroquia de San Xiao de Mos, en el ayuntamiento de Castro de Rei, en la provincia de Lugo, dándole a la raza el nombre de Galiña de Mos.
La raza Gallina de Mos está catalogada como raza autóctona en peligro de extinción por el Real Decreto 2129/2008, de 26 de diciembre, por el que se establece el Programa nacional de conservación, mejora y fomento de las razas ganaderas.
Pero pese a que en las últimas décadas estuvo al borde de la extinción, hoy podemos volver a disfrutar de su belleza y de la calidad de su carne gracias al esfuerzo de los criadores. Es una raza muy dura y se adapta perfectamente a las condiciones climatológicas más extremas, por lo que es ideal para la cría al aire libre.
La carne de gallina de Mos, de color más oscuro, tiene un porcentaje de piel y de grasa subcutánea, al igual que en la pechuga y en el zanco muy inferior a las estirpes industriales. Al mismo tiempo, presenta mayor contenido en Omega 3 y Omega 6.
El proceso para la recuperación de la raza
Tras las alarmantes noticias que se tenían sobre el gravísimo riesgo de extinción de la raza, a mediados del año 2000, la Xunta de Galicia incluye a la Gallina de Mos en los programas de recuperación de razas ganaderas y desde la Dirección General de Producción Agropecuaria de la administración gallega se comienza el Programa de recuperación y Conservación de la raza Gallina de Mos.
El programa de recuperación de la raza se dividió en tres fases principales, comprendidas en periodos de seis años, comenzando actualmente el tercer ciclo, que incluirá una inclusión definitiva en los mercados. Las medidas principales de cada una de las fases fueron las que se señalan:
– Fase 2000-2006: documentación, estudio, localización de ejemplares, aprobación del patrón de la raza, conservación de grupos reproductivos, creación de Avimós, incremento de censos, establecimiento del Libro de Registro.
– Fase 2007-2013: Incremento de censos de los grupos reproductivos, expansión, fomento, marketing, creación de marcas individuales, entrada de los productos en los mercados, propuestas de adaptación de normativas, estudios de investigación,
– Fase 2014-2020: Incremento de la producción, mejora de la producción y especialización de las explotaciones avícolas, innovación en el sistema productivo y de comercialización, estrategias de comercialización, potenciación del concepto de raza, campañas de información.
Galiña de Mos, nunha mostra gandeira.
En las primeras prospecciones se constató el deterioro que estaba sufriendo la raza al localizar los pocos ejemplares que quedaban.
Tras la observación de los resultados de los ejemplares que se tenían y sobre la base de los datos históricos observados, se redactó el patrón de la raza y se creó el Registro de ejemplares, teniendo oficialidad con su publicación en el Diario Oficial de Galicia el 11 de mayo de 2001.
En el mismo año, los escasos criadores de la raza que había en esos momentos, conscientes del grave deterioro que sufrían sus ejemplares, crean la Asociación de avicultores de la raza Gallina de Mos (AVIMÓS) con el objetivo de aglutinar los esfuerzos en la recuperación de la raza.
El impulso definitivo para la recuperación de la raza fue la creación, a finales del año 2001, de la Unidad de Recuperación de la raza Gallina de Mos en el Centro de Recursos Zooxenéticos de Galicia, perteneciente a la administración gallega.
Diez años después, en el año 2011 llegó a haber 500 criadores inscritos en el Registro de Criadores y en el de Reproductores, del Libro de Registro de la raza. Como era previsible, el número de criadores va descendiendo debido a una mayor profesionalización de las ganaderías existentes, pero buscando un mayor promedio de reproductores por explotación, pretendiendo una mayor especialización y una mayor rentabilidad de cada explotación.
Este programa de recuperacion de la raza está dando sus frutos, ya que se considera que existe un número suficiente de hembras reproductoras, actualmente de en torno a 6.000, para pasar a objetivos más ambiciosos. Pese a eso la Unión Europea, para considerar a una raza de gallinas como libre del peligro de abandono, indica que debe superar las 25.000 hembras reproductoras, cifra que aún está muy lejana.
