El modelo irlandés ‘Origin Green’, un referente para Galicia en producción sostenible

El vacuno de carne de Irlanda apostó hace seis años por un programa de certificación voluntaria que mide índices como las emisiones de gases de efecto invernadero de cada granja. Este año, el sistema completa su extensión al vacuno de leche

El modelo irlandés ‘Origin Green’, un referente para Galicia en producción sostenible

Jornada de vacuno de carne organizada por Agaca en Lugo.

En el 2012, Irlanda dio el paso hacia un modelo de producción alimentario asentado en la sostenibilidad, de carácter voluntario y bautizado como Origin Green. Un programa en el que gobierno, sector privado y productores decidieron caminar juntos con el afán de continuar apostando por las líneas de respeto al medio que marcan cada vez más las directrices de la Unión Europea.

‘Origin Green’ es un sistema que, a la par de ofrecer una solución para la reducción de huella de carbono, podría ser un modelo a seguir para impulsar el vacuno de carne en Galicia, tal y como incidió la responsable de Calidad de la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias, Agaca, María Rey, durante unas jornadas de vacuno de carne celebradas en Lugo y en las que se le presentó a los ganaderos este modelo.

Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer el futuro
La producción sostenible de alimentos implica la producción de alimentos inocuos y nutritivos dentro de una industria alimentaria que también busque proteger y mejorar el medio ambiente natural y la comunidad local. «Significa satisfacer las necesidades del presente sin comprometer el futuro» explica Rey.

El ‘Origin Green’ tiene como objetivo lograr que el 100% de las granjas y empresas de fabricación de alimentos se suscriban y respeten los criterios de sostenibilidad.

Toma de decisiones con rigor científico
Después de veinte años auditando y certificando buenas prácticas agrícolas en materia de inocuidad de alimentos, trazabilidad y bienestar animal, Irlanda ha expandido sus análisis hacia un modelo más ambicioso de Esquemas de Aseguramiento Sostenible, con los que busca disponer de datos que aporten claves para lograr que las explotaciones sean sostenibles.

Este paso implica que las explotaciones sean ahora analizadas en índices como los gases de efecto invernadero, sobre la biodiversidad, el uso que hacen del agua, la eficiencia energética, la gestión del suelo, así como factores socieconómicos -qué grado de riqueza producida revierte en su entorno-.

Cada 18 meses, los auditores de la Bord Bia Quality Assurance, la compañía encargada de llevar a cabo las mediciones, recopilan los datos sobre la sostenibilidad de cada granja. Son unos datos que se combinan con otras dos bases de datos nacionales de ganado: AIM (Animal Identification&Movement) e ICBF (Irish Cattle Breeders Federation), además de estar acreditado por las certificaciones Carbon Trust (PALAS 2050) e ISO 17065.

Después de cada auditoría, el ganadero recibe un informe con los resultados de rendimiento de la granja, lo que le permite tomar decisiones informadas

Después de cada auditoría, el ganadero recibe un informe con los resultados de rendimiento de la granja, lo que le permite tomar decisiones informadas sobre la sostenibilidad de su explotación.

Demostrar su sostenibilidad
Irlanda ocupa el quinto puesto dentro de la Unión Europea en eficiencia en cuanto a la huella de carbono para la carne de vacuno. El modelo Origin Green, el Esquema Sostenible de Carne de Vaca y Cordero (SBLAS), le permite demostrar la sostenibilidad de la producción irlandesa granja por granja, lo que proporciona un mecanismo uniforme tanto para el registro como para la supervisión. En definitiva, una manera de que los productores puedan certificar y demostrar, con datos, su compromiso con el medio, a la par que transmiten ese mensaje al consumidor.

Para los ganaderos, este sistema les reporta las pautas para lograr una producción eficiente que se transforma en una reducción de costes, al minimizar las cantidades de recursos, energía, pienso y agua que emplean en sus instalaciones.

Las ventajas del modelo llegan también al consumidor que, a través de un sello identificativo, cuenta con la seguridad de que el producto que está adquiriendo fue producido respetando el medio ambiente, con los más altos estándares de calidad, bienestar animal, gestión y trazabilidad del producto, en base a unos análisis realizados por una entidad independiente.

¿Por qué Irlanda se adapta bien?
Irlanda tiene muchas ventajas naturales que la sitúan en una posición privilegiada para la producción de alimentos. Algunas de ellas comunes también a Galicia. Así el clima, con abundantes precipitaciones, hace posible una temporada larga de pastoreo, y está demostrado que el sistema a base de pasto es más eficiente y ambientalmente sostenible que los sistemas de alimentación intensivos.

El 80% de la tierra agrícola está cubierta de pasto, que ofrece un soporte fundamental a 140.000 granjas familiares y genera más de 163.000 empleos. Unos datos que convierten a Irlanda en un gran exportador de productos vinculados a la tierra y a la alimentación pese a su tamaño. El año pasado, las exportaciones de alimentos a 175 países supusieron 11.500 millones de euros para la economía irlandesa.

El 90% de toda la carne de vaca y cordero producida en Irlanda está sujeta a los estándares de producción del ‘Origin Green’. Más de 50.000 ganaderos están ya dentro de este esquema y las previsiones pasan porque a cara al 2020 se alcance el 95% de la carne de vaca producida bajo este programa. En leche, para finales de este año se espera que el 100% de los productores de leche (18.000) estén en el programa, en el que ya participan unas 15.000 explotaciones lácteas.

Galicia, en la búsqueda de un baremo sostenible

En Galicia, la implantación de un modelo similar al irlandés que abra la posibilidad de incrementar la sostenibilidad y la eficiencia de las explotaciones de vacuno de carne y leche es un camino a seguir para la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias, Agaca, tal y como explica su responsable de Calidad, María Rey.

Desde el colectivo ya en el 2002, a través de un proyecto Feader, comenzaron a estudiar y calcular las emisiones de huella de carbono de las explotaciones de vacuno de leche, que al año siguiente llevarían al vacuno de carne. En la actualidad trabajan también en proyectos de innovación que analicen la huella hídrica de las explotaciones.

«Tratamos de ver cómo está el sector y disponer de herramientas con bases de datos de Galicia, para poder tener unos cálculos más adaptados y exactos», apunta Rey. La obtención de datos de referencia para establecer unos baremos ajustados al caso gallego sería el primer paso a dar, puesto que otras referencias se establecen a nivel europeo y serían de menor interés a la hora de analizar la realidad de las explotaciones gallegas.

A la par de esto, estos baremos también deberían ajustarse a los diferentes modelos de producción, puesto que variarán en función de si se tratan de explotaciones extensivas, semiextensivas o ecológicas de vacuno de carne y leche.

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