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El impacto de la sequía en las ganaderías del interior de Galicia está obligando a un aumento de la compra de forrajes externos, como la paja. El problema es que este año hubo una cosecha escasa de paja que, unida a la mayor demanda, llevó a un encarecimiento del forraje en al menos un 30-40% en relación a un año normal.
El escenario del mercado de forrajes en los próximos meses dependerá de la meteorología. “Este año hubo una cosecha de paja escasa y de mala calidad. La campaña anterior había sido buena y gracias a eso, aún hay un stock de paja del año pasado y el precio del mercado pudo contenerse, pero estaremos en precios un 30-40% superiores la una campaña normal” -explica Fernando Martínez, de Pajas Nual (Burgos)-. “Si llueve lo suficiente en los próximos meses, volveremos a la normalidad -pronostica-. “Si no, tendríamos dos años malos consecutivos y el problema sería el doble”.
Ganaderías de carne
Las comarcas ganaderas de Galicia más afectadas por la sequía son las zonas orientales de Ourense y Lugo, centradas en la producción de vacuno de carne. En los Ancares, desde la cooperativa A Carqueixa calculan pérdidas en la hierba de alrededor de un 50% en relación a un año normal. “Viendo la situación, las granjas aumentaron las compras de paja, que este año estaba alrededor de un 20% más cara de lo normal en el mes de julio, que es cuando se compra en nuestra zona”, apunta el gerente de A Carqueixa, Román Sánchez.
En Viana do Bolo elevan las pérdidas de la cosecha de hierba hasta el 70% y las perspectivas son complicadas para las ganaderías del oriente de la provincia y del Macizo Central ourensano. Las granjas están tirando ahora de la hierba que tenían almacenada para el invierno, por lo que se hará precisa la compra de mayores cantidades de alimento externo en los próximos meses.
Leche
Las comarcas lecheras del interior también sufrieron el impacto de la sequía en la cosecha de hierba. “Este año tuvimos una calidad aceptable de hierba, pero la cantidad bajó de promedio en torno a un 30%” -calcula Jorge Meiriño, técnico de la cooperativa Icos.- “La buena producción de maíz de esta campaña compensa un poco la situación, pero dado que las anteriores campañas de maíz habían sido malas, teníamos una parte de explotaciones que habían reducido la superficie de maíz y que se están viendo más afectadas por las pérdidas en la hierba” -destaca-. “Este año, tendrán que tirar más de la compra de forrajes externos”, reconoce el técnico.
«La cantidad de hierba fue similar a otros años y la calidad superior, lo que nos permitió bajar el concentrado» (Adrián Cundíns, Forxabar)
Donde menores problemas tuvieron esta campaña fue en las comarcas de clima más atlántico, como en Barcala-Xallas. En Forxabar, una cooperativa de producción de forrajes que trabaja más de 700 hectáreas, señalan que este año lograron en hierba una cosecha de cantidades similares a otros años y de calidades superiores. “Quizás el corte del verano fue más flojo, pero se compensó con los buenos cortes de primavera”, valora el gerente de Forxabar, Adrián Cundíns. “De hecho, las calidades fueron incluso superiores a otros años, lo que nos permitió reducir el concentrado en la ración”, subraya.
De momento, por tanto, en Forxabar no tuvieron que aumentar la compra de forrajes externos en relación a otros años. Sobre la paja de Castilla, confirman también la mala calidad de la cosecha de este año y ponen cifras a su progresivo encarecimiento. En mayo, se pagaba a 55 euros tonelada y en la actualidad alcanzó los 85-90 euros, una subida en la que hay que tener en cuenta también los costes derivados del almacenamiento del forraje.
