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La producción de miel y polen en Galicia se prevé que este año sea inferior a la de un año normal debido, principalmente, a las malas condiciones climáticas de la primavera, con unas temperaturas anormalmente bajas que provocaron que las abejas no pudieran aprovechar bien las floraciones. Sin embargo, la cosecha aún está realizándose, por lo que habrá que esperar hacia finales de mes para tener una evaluación definitiva.
“Este año en otras zonas se habla de una gran cosecha, pero en Galicia se prevé que sea mala debido a que la primavera fue fría y lluviosa”, explica Xesús Asorey, presidente de la Asociación Galega de Apicultura. En concreto, reconoce que “aunque la floración en general fue buena, las abejas no pudieron meter polen y néctar”.
Sin embargo, reconoce que “habrá que esperar a esta segunda quincena de este mes, sobre todo en el interior y ver como las abejas pueden aprovechar los mielatos del roble”.
Mieles Anta: “La producción de momento es menor, pero habrá que esperar al final de mes”
En la misma línea coincide David Corral, propietario de Mieles Anta, la mayor productora y envasadora de miel de Galicia, con más de 10.000 colmenas repartidas por todo el país. “No va a ser un año como los de antes, pero tenemos que esperar al final de septiembre, sobre todo en las zonas de montaña, para ver cómo ve la cosecha”, asegura. “Estamos sacando un promedio de 15 kilos de miel por colmena, pero tenemos aún sin quitar gran parte de la miel de alta montaña, donde esperamos que la cosecha sea mejor”, añade.
En cuanto al polen, reconoce que “no fue buen año, porque en el caso del de castaño, el más valorado en el mercado, en verano vino mucho calor y sol y enseguida dejó las flores negras, sin posibilidad de que las pudieran aprovechar las abejas”.
David Corral destaca la buena salida que tiene en el mercado la miel gallega, sobre todo la ecológica y para la exportación.
David Basteiro: “Las abejas están sufriendo con el cambio climático”
El segundo apicultor con más colmenas de Galicia, Benigno Basteiro, de Viana do Bolo, reconoce que “siendo un año flojo, es mucho mejor que el año pasado, que fue un desastre debido a las heladas de primavera, aunque nos quedan aún muchas colmenas por castrar”.
Al igual que el resto de los apicultores, reconoce que la causa de que las abejas no pudieran aprovechar este año las floraciones “está en el cambio climático, con unas bajadas muy bruscas de la temperatura, seguidas de días de fuerte calor, con lo que las abejas no pudieron aprovechar como debieran las floraciones, sobre todo la de la zarza y la del castaño”.
