Gestión de las resistencias a acaricidas en el ácaro Varroa

La Universidad de Valencia está desarrollando análisis que revelan cuál es el tratamiento más eficaz para cada colmenar, lo que permite un mejor control de la plaga. El bioquímico Joel González-Cabrera expuso los resultados del trabajo de la Universidad en la reciente Feria Apícola Rías Baixas

Gestión de las resistencias a acaricidas en el ácaro Varroa

Joel González-Cabrera, en su intervención en la Feria Apícola Rías Baixas.

Durante muchos años los piretroides fueron el producto de elección para el control de Varroa, con un alto nivel de eficacia. Pero su uso intensivo provocó que, a finales de la década de los 90, se desarrollara resistencia en las poblaciones de la plaga con la consiguiente pérdida de eficacia. El mismo problema se repite con otros medicamentos, lo que obliga a los apicultores a prestar atención a la aparición de resistencias en sus colmenas. ¿Qué producto emplear contra la Varroa?

En Valencia, se inició el pasado año un proyecto, incluido en el Plan Anual Zoosanitario, que busca optimizar la eficacia de los tratamientos. Este proyecto, que se desarrolla en colaboración con las ADS apícolas, incluye una evaluación de la resistencia a los acaricidas de los distintos colmenares. El sistema funciona de la siguiente forma. Los apicultores envían muestras de sus cuadros de cría a la Universidad de Valencia, encargada de los análisis, y la Universidad valora en cada caso el nivel de parasitismo de los ácaros Varroa y hace una estimación de la susceptibilidad de los ácaros a distintos tratamientos.

«Antes de aplicar un tratamiento contra la Varroa, el apicultor puede saber si tendrá éxito o no»

Esa estimación, que se realiza exponiendo los ácaros a tiras comerciales de distintos productos, se le traslada después al apicultor, para que decida el tratamiento más idóneo. “A cada apicultor le va a interesar la situación concreta de sus colmenas, ya que así, antes de aplicar un tratamiento, puede saber si va a tener éxito o no”, explica el bioquímico Joel González-Cabrera, de la Universidad de Valencia, que expuso recientemente en la Feria Apícola Rías Baixas –organizada por la Agrupación Apícola de Galicia– el trabajo que están desarrollando en la Comunidad Valenciana.

Resultados
Los análisis de resistencia se hacen en Valencia con cuatro acaricidas: Checkmite ( Cumafós), Apitraz ( Amitraz), Amicel ( Amitraz) y con piretroides. Los resultados medios, a nivel de laboratorio, mostraron que el Apitraz y el Amicel logran más de un 80% de mortandad de la Varroa. “Es un producto que está funcionando bien, de manera homogénea, pero hasta que deje de funcionar. Por el momento no se conocen resistencias al Amitraz en varroa, pero sí que aparecieron ya en garrapatas. En un futuro podría ocurrir lo mismo en Varroa, es una cuestión aleatoria que no se puede predecir”, valora Joel.

Con el Checkmite, la diferencia fue muy significativa entre las distintas colmenas, con porcentajes medios de eficacia en Castellón y Alicante del 52 y del 53%, en tanto en Valencia hubo un promedio de eficacia de un 37%. La variación fue incluso mayor con los piretroides, que tenían una eficacia media del 44%, pero con casos donde la eficacia esperada oscilaba entre el 77 y el 97% y otros donde la eficacia esperada era del 0%. “Hay diferencias muy importantes de susceptibilidades a un producto, por lo que resulta fundamental hacer uno rastreo proactivo de resistencias antes de aplicar un tratamiento”, subraya Joel González-Cabrera.

«Los piretroides deben espaciarse un mínimo de tres años. Si un año funcionan, es un error usarlos de nuevo al año siguiente»

Como norma general a tener en cuenta, el especialista recomienda que los tratamientos de piretroides se espacien un mínimo de tres años. “Si un año se aplica un piretroide y funciona, es un error volver a aplicarlo al siguiente año, pues la mayor parte de la Varroa que sobrevivió el año anterior probablemente sea resistente a los piretroides, una característica de base genética y que se transmite a la descendencia”, advierte el investigador. “Es preciso dejar de aplicar piretroides durante tres años para que el tratamiento recupere eficacia”, destaca.

Otra cuestión que preocupa en el sector es la de los residuos presentes en la cera, pues podrían tener influencia en las resistencias. “Ahora mismo es un tema que desconocemos y que queremos investigar”, señala Joel.

El caso gallego
La gestión de las resistencias a los acaricidas que se está trabajando en Valencia es una vía de actuación aún pendiente de afrontar en Galicia. Desde la Agrupación Apícola de Galicia, coorganizadora de la Feria Rías Baixas, se señaló que se está en contacto con la Universidad de Valencia para abordar en un futuro esta cuestión, si bien el coste que tiene el monitoreo de resistencias -alrededor de 100 euros por apicultor- es el gran handicap a resolver.

¿Cómo se hacen las Varroas resistentes a un producto?

Las resistencias más habituales se originan por dos vías, según detalló en su exposición Joel González-Cabrera. “Todos los organismos tienen una batería de enzimas que ‘degradan’ el principio activo para eliminarlo después del organismo. Si hubiese una mutación que permitiera que una de estas enzimas se expresara más, el producto dejaría de tener efecto. Esta es la llamada resistencia metabólica y es probable, además, que se dé en estos casos una resistencia cruzada que implica a todas las materias activas de grupos químicos similares”.

Otra posibilidad de aparición de resistencias es por una mutación del punto diana en el que actúa el producto. Por ejemplo, el fluvalinato y la flumetrina actúan cuando se unen al canal de sodio del sistema nervioso de Varroa. Si se produjera una mutación en la zona de unión de los piretroides al canal de sodio, esos productos perderían eficacia. En este caso la resistencia cruzada sería muy alta entre todos los productos del mismo grupo químico.

Esta segunda vía de resistencia es la que afecta, por ejemplo, a las poblaciones de Varroa de varios países europeos, incluyendo a España, y de los Estados Unidos, pues se comprobó que una mutación consistente en el cambio de un aminoácido en el canal de sodio de Varroa imposibilita que el piretroide pueda ejercer su acción.

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