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El consumo de leche de vaca ha estado disminuyendo en los últimos años en la población española, algo que preocupa a los nutricionistas, que alertan de las deficiencias nutricionales que puede acarrear.
Ángel Gil Hernández, presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, subraya que “la leche y los derivados lácteos son inseparables de una dieta equilibrada”. Recuerda además que “la leche supuso una ventaja adaptativa para la población europea, ya que la aceleración secular de su crecimiento se asocia al consumo de leche y de derivados lácteos”.
¿Por qué los científicos concluyen que la leche y los derivados lácteos son una parte imprescindible de nuestra alimentación?
En el caso de los caucásicos, es decir, de la población blanca, hace unos 10.000 años, con la domesticación del ganado, experimentaron una mutación genética que les permitió alimentarse de leche de otros mamíferos, en concreto de vaca, cabra y oveja.
Desde entonces la leche y los derivados lácteos han sido inseparables de nuestra dieta, siendo una fuente muy importante de proteínas de alta calidad, superior a la proteína vegetal, de calcio, minerales como yodo o selenio y de vitaminas, especialmente del complejo B.
Esto hace que la leche permita cubrir los requerimientos nutricionales, algo que es dificilmente alcanzable cuando no está en nuestra dieta.
Si la leche es tan necesaria para una dieta equilibrada. ¿Por que está descendiendo su consumo?
Se han extendido falsos mitos alrededor de la leche que, sin un fundamento científico, le atribuyen problemas de alergias y de intolerancias. Es cierto que algunas personas pueden ser intolerantes a la lactosa, como también las hay a los frutos secos o a ciertas frutas.
Pero el 95% de la población española puede consumir sin problema entre 2 y 5 raciones de lácteos al día, dependiendo de la edad.
Podríamos concluir que la leche supuso una ventaja adaptativa para la población caucásica, ya que la aceleración secular del crecimiento de la población europea se asocia al consumo de leche y de derivados lácteos.
Las campañas contra el consumo de leche que se han extendido a través de Internet no tienen ninguna base científica, pero el problema es que sigue habiendo mucha gente que le presta más atención a lo que dice un blog que a la evidencia científica.
“El 95% de la población española puede tomar lácteos sin problema”
En este sentido, la Fundación Iberoamericana de Nutrición y la Fundación Española de la Nutrición hemos publicado un documento, “La leche como vehículo de salud para la población”, en el que desmentimos las noticias y falsos mitos alrededor de la leche.
Hay que recordar también que, además de su valor nutricional, estudios científicos han demostrado que las personas que toman leche diariamente tienen menos incidencia de diabetes tipo 2 y menos riesgo de padecer obesidad.
¿Por qué está aumentado el número de personas con intolerancia a la lactosa?
Es falso que haya este aumento. El número de personas con intolerancia a la lactosa se mantiene estable y tiene que ver con nuestra genética: en el caso de la Península Ibérica entorno al 20% de la población adulta presenta algún tipo de intolerancia a la lactosa, aunque puede seguir consumiendo leche sin lactosa y todo tipo de derivados lácteos (quesos, yogures, leche fermentada….etc). Sin embargo, las posibilidades de diagnostico de las intolerancias han aumentado, pero eso no significa que haya aumentado la población que tiene problemas para tomar leche.
De hecho, en África, Asia e Iberoamérica, donde por genética hay más población alérgica, está aumentando el consumo de leche y de derivados lácteos.
¿Les preocupa a los nutricionistas el descenso del consumo de leche en España, especialmente en la infancia y en la adolescencia?
Si que nos preocupa, porque el consumo de leche es la vía idónea, por su mayor capacidad de asimilación por el organismo, para que la población española cubra sus necesidades de calcio. Con otros alimentos es muy difícil que se cubra.
Por eso tenemos que seguir haciendo un llamamiento a incrementar el consumo de leche y de derivados lácteos para lograr una alimentación equilibrada.
Tengo 63 años y cada día ya desde muy joven que bebo 1 o 2 vasos grandes de leche entera. Habría que distinguir la diferencia que hay entre la leche fresca o la del día con caducidad corta de la envasada con caducidad más larga con sus riquezas vitamínicas minerales y compuestos en aminoácidos.