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Las cooperativas agroalimentarias de Galicia presentan un balance positivo en los años de crisis, según los datos que ha ofrecido la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) en su asamblea anual. De 2007 a 2014, el centenar de entidades de Agaca aumentó el número de socios un 20%, la facturación un 16% y el empleo creado un 6%. “Las cifras refuerzan la imagen del campo como vía de ingresos estables y empleo digno” -destacan desde la Asociación-, “así como los beneficios de afrontar los retos de la crisis desde una óptica colectiva”.
Agaca celebró ayer en Santiago su XXVII Asamblea general anual, en la que se dio a conocer su balance de 2014, que cerró con resultados positivos y con una facturación total de las cooperativas socias que supera los 1.500 millones de euros. La entidad subrayó también la importancia que está teniendo la actividad agraria y agroalimentaria a la hora de acoger a desempleados del entorno urbano que deciden regresar a la actividad en el rural.
«La evolución del cooperativismo refuerza la imagen del campo como vía de ingresos estables y empleo digno»
Para 2015, las previsiones de Agaca apuntan a un retroceso en las cifras de ingresos de las cooperativas, ya que los bajos precios del sector lácteo y de la ganadería en general están lastrando las cifras del sector. En este contexto, desde Agaca se incide en el papel de representación que juega la entidad a la hora de apoyar y aglutinar las demandas de las cooperativas socias.
Integración cooperativa
Una cuestión que la Asociación considera prioritaria es la concentración de la oferta a través de procesos como la integración cooperativa, de forma que los productores tengan más poder de negociación, “Las concentraciones llegan si hay incentivos, no discursos”, subrayan desde Agaca.
La aplicación de normativas que reequilibren el poder de la cadena alimentaria, en la que mantiene gran peso la distribución comercial, es otra de las demandas que se formulan desde Agaca. La entidad plantea también la necesidad de un mayor control de los productos que entran desde terceros países, a fin de que se garantice que cumplen con los estándares comunitarios.
