Alianza de ganaderos y consumidores, una vía para conseguir precios sostenibles para la leche

Un artículo de Rebeca Sánchez Andrade y de Miguel López Crespo, responsable de Prensa y secretario General de la Unión de Consumidores de Galicia, respectivamente.

Alianza de ganaderos y consumidores, una vía para conseguir precios sostenibles para la leche

Reparto de leche en Santiago de Compostela

Una vez más, a punto de perder la cuenta, los ganaderos y ganaderas gallegos salieron a la calle para exigir un precio justo para la leche que asegure la sostenibilidad del sector, de las explotaciones y de las familias. No son imágenes nuevas ni reivindicaciones recién salidas del horno: el campo gallego lucha contra una crisis cíclica e intermitente que lleva más de dos décadas barriendo explotaciones del mapa.

Una vez más, de resultas de sus movilizaciones, se consiguieron acuerdos entre los principales agentes de la cadena de producción: ganaderos, industrias y transformación. El tiempo dirá si los compromisos adquiridos por las partes, sobre todo de aquellas que tienen la sartén por el mango, se cumplen.

En esta movilización del sector lácteo el consumidor tuvo un papel protagonista

Y como no había ser de otra forma, parece que una vez más durante el tiempo en el que se forjó el último episodio de la crisis del sector, los distintos agentes de la cadena representaron fielmente su tradicional papel y los consumidores, una vez más, asistimos a un escenario repetitivo como meros espectadores. Y decimos parece, ya que en esta ocasión el colectivo de las personas consumidoras cobró un muy pequeño indicio de protagonismo desconocido hasta el momento. Por una parte, porque el resto de agentes de la cadena e incluso la administración afirmaron sin ruborizarse la importancia que para ellos tiene el último eslabón y, por otra, porque a nuestro juicio por vez primera el consumidor gallego fue consciente de su papel protagonista y de su potencial capacidad de decisión.

Por vez primera el consumidor gallego fue consciente de su papel protagonista y de su potencial capacidad de decisión

Los consumidores somos uno eslabón más de la cadena de la leche, y uno de los más débiles junto con los productores. Por este motivo quizás nunca interesó contar activamente con su participación o colaboración a la hora de desarrollar las políticas comerciales o empresariales de industria y distribución. A pesar de que unos y otros insisten en que uno de sus principales objetivos es satisfacer las necesidades y requerimientos de los usuarios, la realidad es que esa satisfacción solo es respetada cuando encaja en la política económica y comercial de las partes más fuertes.

Las políticas de la administración en relación con la protección de los intereses de las personas consumidoras no cabe duda de que crecieron y mejoraron de forma muy considerable a lo largo de los últimos años y más concretamente en relación con la producción agropecuaria, hacia la introducción en el mercado de productos seguros y de calidad. Pero no debemos olvidar que no podía ser de otra forma ya que la misma Constitución declara que el reconocimiento y respeto a los derechos de las personas consumidoras debe informar la actuación de los poderes públicos e incluso la legislación positiva.

Pero tampoco los productores, contadas excepciones, ni sus representantes pueden diferenciarse de los demás agentes en lo que atañe a las relaciones que mantienen con el otro extremo de la cadena ya que en este momento no podemos traer la colación un solo encuentro mantenido entre ambas partes que haya partido de la iniciativa de los ganaderos.

Ganaderos, industria y distribución también tienen que contar con los consumidores

Durante todo el tiempo en el que se forjó el último episodio de la crisis del sector, durante las movilizaciones, durante y después de la negociación, los consumidores no sólo no fueron invitados a participar como otro agente más de la cadena sino que ni siquiera su opinión fue solicitada por ninguna de las otras partes. Por eso, permítannos que dudemos de que realmente el interés del consumidor presida la actuación ni de los ganaderos, ni de la administración y mucho menos de la industria o de la distribución.

El consumidor gallego empieza a sentirse responsable en la compra de productos lácteos sostenibles

Entonces, ¿donde radica el cambio de rol de los consumidores gallegos? Para la Unión de Consumidores de Galicia no cabe duda de que en su incipiente responsabilidad a la hora decidir su opción de compra. Cada vez somos más los consumidores que huimos de las técnicas de banalización comercial de la distribución y de sus bastos reclamos. Cada vez somos más los consumidores que buscamos en otros canales los productos que realmente demandamos y no los que la industria nos hace creer que precisamos. Cada vez somos más los consumidores que de forma autodidacta y colaboradora nos informamos y formamos para suplir las carencias de una administración que sigue negando a los consumidores herramientas que les permitan conocer la realidad del sector y crecer en el desarrollo de una capacidad crítica.

Reparto de leite por parte dos gandeiros en Santiago

Reparto de leite por parte dos gandeiros en Santiago

A pesar lo dicho hasta el momento, y como avanzábamos antes, algo cambió durante el tiempo que tuvieron lugar las movilizaciones de nuestros ganaderos y ganaderas. Y fue el claro y unánime apoyo de los consumidores a sus reivindicaciones. Apoyo en los medios, apoyo en la calle, comprensión y respeto por unos hombres y mujeres que cómo decimos son “nuestros”. Los gallegos y gallegas crecemos en la conciencia de la importancia que el sector primario tiene para nuestro País y por eso no sólo podemos hablar de solidaridad. Esta vez vamos más allá y hablamos de implicación.

Valoración positiva de las iniciativas espontáneas de los ganaderos por acercarse a los consumidores

Las iniciativas espontáneas de ganaderos y ganaderas para acercarse a los consumidores y conectar con ellos nos permitió saber cuanto cuesta producir un litro de leche gallega y que para poder producirlo más barato, hay que invertir, mucho dinero y mucho trabajo. Nos permitió conocer que la industria en muchos casos paga un precio que no sólo no permite obtener un mínimo beneficio, sino que pocas veces permite obtener un salario digno y, por el contrario, muchas veces conduce, y son ya millares, a la ruina de empresas familiares.

Ayudó a despertar nuestra visión crítica y nos permitió enjuiciar la conducta reprobable de quien aprovechando la coyuntura lanzó mensajes engañosos sobre el precio que pagan a nuestros ganaderos o de quien al tiempo que asumía compromisos en Madrid despreciaba el trabajo de nuestra gente vendiendo leche por debajo de los 30 céntimos.

Hace falta consolidar ese germen de colaboración entre productores y consumidores.

Nos gustaría pensar que han de quedar atrás los tiempos en los que el consumidor gallego ignoraba la realidad que viven cada día muchos hombres y mujeres que se esfuerzan para entregarnos un producto de calidad e imprescindible en nuestra dieta. Pero para esto hace falta consolidar ese germen de colaboración entre productores y consumidores.

En cuanto no se demuestre lo contrario, industria y distribución serán culpables de la banalización del producto y las administraciones cómplices por su pasividad y falta de diligencia. Pero nosotros los consumidores también somos responsables, y algunas veces cooperadores necesarios de aquellas conductas reprobables. Un producto se convierte en reclamo solo cuando «deprisa y corriendo» caemos en la trampa.

“Los consumidores somos los que permitimos que se venda leche a 28 céntimos el litro”

promoción leite estandarSomos nosotros los que permitimos que se venda leche a 28 céntimos. Somos nosotros los que consolidamos apuestas empresariales que desprecian el producto cuando se entrega como regalo al llenar el depósito de nuestro coche. En definitiva, también nosotros contribuimos a que se nos engañe y con razón dudemos de si realmente estamos comprando leche u otra cosa cuando pagamos menos de cincuenta céntimos por un cartón.

Los consumidores, como parte activa de la cadena, tenemos una grande capacidad de influencia. Muchas veces olvidamos que tenemos ese poder que cristaliza cuando elegimos un determinado producto sobre otro en el establecimiento comercial. Como consumidores responsables y concienciados tenemos que reclamar y exigir mayor transparencia en la cadena, y rechazar y denunciar prácticas que atenten contra el valor del producto. Los consumidores tienen la fuerza y el poder necesarios como para descartar estas prácticas manifestando su disconformidad con las mismas.

 “Los consumidores tenemos que reclamar y exigir mayor transparencia en la cadena, y rechazar y denunciar prácticas que atenten contra el valor del producto”

En cuanto sigan sin diseñarse actuaciones de formación e información de las personas consumidoras, amplias, completas y transparentes, debemos ser críticos también con quien nos dice que compremos tal o cuál producto. Permítanos señora administración que comprobemos nosotros la realidad de las afirmaciones y de los mensajes que usted nos lanza. Los consumidores compraremos lo que precisemos, compraremos donde queramos y lo haremos porque precisamos atender a nuestras necesidades atendiendo a nuestras posibilidades.

Trabaje usted, señora administración, para que sepamos como se conforma el precio de cada litro de leche, para que sepamos cuando le pagan a nuestros ganaderos y ganaderas, cuanto lleva la industria y cuanto la distribución. Trabaje usted para que se sepa siempre de donde viene la leche que compro, y no sólo donde se envasa. Trabaje usted contra la banalización del producto y no permita que se hable de ganadería sostenible cuando nuestros ganaderos tienen que cerrar sus explotaciones.

 “La administración no puede permitir que se hable de ganadería sostenible cuando nuestros ganaderos tienen que cerrar sus explotaciones”

Mientras unos y otros tomamos conciencia de nuestras tareas, consumidores y productores demostraron que su colaboración tiene un enorme potencial para mejorar la situación que atraviesan los ganaderos. Nadie mejor que estos para informarnos de los precios que cobran, para conocer los pormenores de la elaboración del producto y cuales son las estrategias o incluso los engaños a los que tanto ellos como nosotros nos enfrentamos.

Nadie mejor que nosotros para luchar contra abusos y rechazar productos comercializados por quien los comete. Ningún aliado mejor para reclamar una decidida actuación de los poderes públicos en la defensa del sector.

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