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El decreto por el que se regula la artesanía alimentaria es una norma esperada en Galicia. Primero fue el Gobierno Bipartito quien lo intentó presentando un borrador en el año 2008, y el pasado año la Consellería de Medio Rural volvió a presentar otro borrador que prevé que se apruebe en este 2018.
El decreto permitirá que los alimentos artesanos y caseros gallegos dispongan de un reconocimiento legal y de una trazabilidad que le ofrezca garantías al consumidor, al igual que ya ocurre en otros países de la Unión Europea y en otras Comunidades Autónomas.
Y es que en la situación actual todos los productores gallegos con una tipología artesanal se encuentran en inferioridad de condiciones. Un ejemplo es que en muchas ferias que se organizan por todo el Estado Español, en sus bases es requisito o puntúa la posesión de la Carta de Artesano, algo de lo que carecen los productores gallegos.
Además, se hace necesario regular estas producciones no sólo por la Seguridad Alimentaria (trazabilidade y normas higiénico-sanitarias), y también porque se dará valor añadido a muchos tipos de productos que no solo son producciones artesanales y que no tienen la posibilidad de estar acogidas a ninguna indicación geográfica protegida o denominación de origen.
Alegaciones de Unións Agrarias
Sin embargo, desde el sindicato Unións Agrarias, que junto al Sindicato Labrego Galego, participa en la Comisión Permanente del Consejo Agrario Gallego, donde se debatió este decreto, presentó una serie de alegaciones al mismo.
Así, la organización agraria considera “excesivo” calificar como empresa artesana a una con una facturación de 2 millones de euros, tal y como se establece en el borrador de decreto.
Además, critica que para la obtención de la Carta de Artesano “la formación exigida es excesiva, ya que se pide un mínimo de tres años de experiencia o 250 horas de formación, cuando estamos hablando de que muchas producciones son de origen tradicional”. “Por no decir -añaden-, que para un emprendedor se hace difícil obtener esa formación, que además en la mayoría de los casos, exceptuando de los derivados lácteos, no habría centros donde obtenerla”.
Unións: “Es excesivo calificar como empresa artesana a una con una facturación de 2 millones de euros”
Otra preocupación de Unións es el requisito para tener la catalogación de Explotación Prioritaria en los productos “artesanales caseros”. “La propia producción artesanal implica producciones pequeñas, y en muchos casos son complementos al resto de las rentas procedentes de la agricultura y ganadería, y hay explotaciones agrarias y ganaderas que no llega al mínimo de rentas exigidas para ser “Explotación Prioritaria”, por lo que entendemos que la profesionalización ya viene dada en la exigencia de un mínimo de una UTA”, aseguran.
Por último, Unións Agrarias defiende que “en la elaboración de la Norma Técnica que se aplique a cada producto o grupo de productos, además de pedirle a la Consellería que no se demore en el tiempo, debería ser ser elaborada directamente y en contacto con el sector, con las pequeñas industrias que ya están elaborando sus productos de forma artesanal”.
